miércoles, 24 de noviembre de 2010

Actividades para 1º, 2º y 3º sección - Reglas para la sala, la biblioteca y normas de tránsito

Actividad para la primera sección:


Recorte: Las reglas de tránsito

La educación vial es un tema de seguridad que debe crear en los niños una conciencia clara y segura que les permita identificar las situaciones de riesgo. Es importante entrenarlos en seguridad vial desde pequeños, incluyendo en este sentido, la enseñanza de normas de tránsito; adecuando los contenidos a su nivel de comprensión. Para ello, hemos seleccionado la siguiente actividad para realizar con niños de tres años:

La docente comenzará la actividad conversando con los niños acerca de los medios de transporte e indagará sus conocimientos previos de los mismos, por ejemplo, a través de una serie de preguntas: ¿en qué vienen al jardín?, ¿en auto?, ¿en colectivo?, ¿en tren?, ¿en bicicleta?, ¿alguna vez viajaron en avión o en barco?, entre otras.
Luego, la maestra ubicará a los niños en pequeños grupos (de 3 o 4 integrantes), y les repartirá figuras de los transportes más conocidos por los niños para armar como rompecabezas. Así quedarán las figuras armadas:

Una vez finalizada dicha tarea, la docente conversará con los niños acerca de las medidas de seguridad de dichos transportes, a través de la exposición de imágenes de acciones erróneas y acertadas como los siguientes ejemplos:





(Niños usando cinturón de seguridad)




(Hombre sacando la cabeza por la ventana)








(Ingerir alimentos dentro de los vehículos)
                                     

Los niños intentarán explicar por qué las acciones son acertadas o erróneas, y en el caso de ser erróneas, explicar que sería lo correcto. Si los niños no lograran explicar el significado de estas acciones, la docente va a intervenir para que lo logren a través de ciertas preguntas o comentarios que les realizaría; y luego colocarán las imágenes en un afiche (de un lado las acciones correctas y del otro las incorrectas)
Finalmente, para cerrar el tema de reglas de tránsito, proponemos realizar una dramatización. Para ello la docente va a explicarles a los niños el funcionamiento del semáforo y utilizará tres círculos (de cartulina o goma eva), con los colores del semáforo; y le propondrá a los niños jugar a que ella es el semáforo y ellos los vehículos. Así, a medida que saque un círculo de cada color, los niños deberán detenerse o avanzar según corresponda.

Objetivos:

  • Iniciarse en la educación vial.
  • Identificar formas de traslados.
  • Conocer e identificar medios de transportes
  • Conocer el funcionamiento del semáforo vehicular como norma de tránsito.
  • Integrarse al sistema de tránsito como persona hábil, segura y responsable.


Actividad para la segunda sección:

Recorte: Las reglas de la sala

Esta actividad, comenzará con la lectura del siguiente cuento:


Un reino sin erres

Existen reinos famosos como el del “Nunca Jamás” donde vivía Peter Pan.
Este es el caso de un reino que por un tiempo perdió sus erres y con ellas, cosas muy importantes. Como todo reino lo habitaban reinas y reyes, príncipes y princesas. Como también era un reino encantado, había hadas, duendes, elfos, sapos encantados y sapos comunes también. Seguramente estarás imaginando un lugar hermoso, colorido, prolijo. Un lugar donde convivían en armonía flores, árboles, animales, personas y duendes.
Pues déjame decirte que te equivocas. No es que este reino fuese feo, sino que estaba tan desorganizado y sucio que realmente no parecía un lugar de encanto. Muchos años atrás, había sido realmente un lugar de ensueño, donde todos vivían felices y respetándose unos a otros.
Dicen que todo comenzó cuando Dorotea, una reina vecina, molesta por la belleza de este lugar, pidió a la bruja Matilda que prepara un hechizo para todos sus habitantes.
La brujita no tenía mucha experiencia en hechizos. Mezcló cuánta pócima encontró en su casa, le agregó ramitas, hojas, caldo, agua estancada y lo dejó hervir por horas. Cuando la pócima estuvo lista, la brujita regó cada rincón del reino con ella.        ¡Cuántas erres! Demasiadas, no me gustan tantas – Dijo para sí y siguió regando. Algunas erres se sintieron ofendidas y decidieron irse. Ciertas palabras que comenzaban con erre desaparecieron, tal fue el caso de “respeto” y “responsabilidad” y fue así que comenzaron los problemas. No existiendo respeto y responsabilidad, la vida en el reino se hizo por demás difícil. Los niños, por ejemplo, jugaban en forma brusca y sin el menor cuidado, lo que ocasionaba muchos inconvenientes. Cierto día, un grupo de niños jugaba en la plaza del pueblo, lanzaban piedras para ver quién las arrojaba más lejos. Una de las piedras rompió el ventanal más grande del palacio. Los pequeños corrieron a esconderse. El Rey salió furioso y preguntó quién había sido. Nadie respondió. Un duende que pasaba por ahí escuchó los gritos y se acercó. – ¿Se puede saber qué le pasa rey gritón? – preguntó el pequeño duende. – Han roto mi ventanal, alguien deberá hacerse cargo de esto. Seguramente han sido esos niños maleducados que siempre juegan en la plaza. – Son niños, no lo hacen con maldad, deje ya de gritar hombre. – Y Usted ¿cómo se atreve a hablarme así? Soy el rey ¿no se ha dado cuenta? – El ser rey no le da derecho a dejarnos sordos a todos ¿no le parece? El rey estuvo a punto de pedirle al duende que repitiera lo que acababa de decir, pero no pudo, pues la palabra “repetir” también había desaparecido. Si, al menos uno de ellos se hubiese acercado al rey y hubiese reconocido su error, sin duda las cosas se hubiesen arreglado, pero la palabra “reconocer” tampoco se había quedado en el reino. El tiempo pasaba y las cosas se complicaban cada vez más. La gente discutía por todo y nadie respetaba a los demás. ¿Cómo empezó todo esto? – preguntaba el rey que seguía tomándose la cabeza en señal de preocupación. – Es extraño – dijo el duende – jamás nos había sucedido algo así. La gente se comporta diferente, hemos perdido el…., el…… ¡caramba no me sale la palabra! – Y era lógico, pues la palabra “respeto” ya no estaba. No entiendo, antes vivíamos en perfecta armonía y orden .Ustedes saben que la reina Dorotea siempre nos ha tenido envidia, no me extrañaría que todo esto fuese obra suya – explicó. – ¿Y cómo saberlo? – preguntaron a coro los reyes. – Pues iré a averiguarlo y vendré con la solución de este problema – Dijo decidido el duende. Llegó al palacio de Dorotea y pidió hablar con ella. La reina estaba muy ocupada. Pues no me iré sin verla – dijo el duende a los ayudantes, y estos fueron a buscarla. Dorotea se presentó ante el duende intrigada por saber qué necesitaba. Al explicarle lo que sucedía y sus sospechas, la reina le dijo al duende que ella no tenía nada que ver en el asunto- – Yo sería incapaz de hacer una cosa así – Dijo Dorotea.  Si fuese Ud., le preguntaría a la bruja Matilda. No muy convencido, el duende fue a ver a Matilda. La encontró, esta vez, preparando un caldo de verdad porque le dolía la pancita. El duende explicó lo que sucedía y agregó: – Dice Dorotea que tú tienes que ver en esto, quiero que el reino donde vivo vuelva a ser como era, que la gente sea respetuosa y responsable ¿Necesitas que te repita el relato o reconoces de una vez tu responsabilidad? – ¡Cuántas erres nuevamente! – dijo sin querer Matilda y se puso roja como un tomate. – ¡Te has puesto roja! ¿Tienes algo o mucho que ver en todo es este asunto? – Pues mira si vas a seguir con las erres, me doy por vencida, es una letra que no me gusta. Aún dándose por vencida, Matilda le echó la culpa a  Dorotea y no pudo reconocer que ella era tan responsable como la reina, pues había preparado el hechizo. – Verás, Dorotea me encargó un hechizo, yo en realidad no quería, pero bueno tú sabes como es ella, me obligó y no me quedó otra opción. Preparé una pócima con la que rocié todo el reino. En realidad, la pócima no creo haya sido efectiva pues no soy muy buena para esas cosas. Lo que sí tal vez, las erres tengan que ver en todo esto. Ellas y Dorotea son las culpables de todo – se excusó la brujita. – No entiendo ¿qué puede tener que ver una letra con lo que sucede en mi reino? – Pues mira, me acuerdo que mientras rociaba el reino pensaba en voz alta cuántas erres estaba pronunciando y en qué poco me gusta esa letra, será que en realidad me llamo Rigoberta, nombre horrible por cierto. Ha de ser eso seguro. Pues si las erres se han ido como tú dices, las harás regresar con otra pócima, le dijo el duende. Salió al campo y recogió remolacha, rabanitos, repollo, ramas de apio y todos los alimentos que  comenzaran con erre. Matilda, sin mucha voluntad preparó la pócima y roció nuevamente con ella todo el reino. Las erres volvieron, recorrieron todos los rincones, regresaron todas las palabras y volvió la calma y la paz. Los niños reconocieron que habían roto el vidrio del palacio y juntaron todos sus ahorros para comprar uno nuevo y reponerlo. Tal fue el bienestar que sintieron todos asumiendo sus errores, reconociendo sus fallas y haciéndose cargo de sus actos que hasta Dorotea y Matilda asumieron responsabilidades y se sumaron a la reconstrucción del reino. Dicen que con la vuelta de las palabras respeto y responsabilidad, llegaron otras como risas y reencuentros. Dicen también que todos volvieron a vivir muy felices.


A continuación, la docente dialogará con los alumnos acerca de las reglas, el respeto y la responsabilidad dentro de la sala. Luego, los dividirá en grupos de 4 o 5 niños, y le entregará a cada uno al azar, dibujos para colorear de acciones que se deben hacer y que no se deben hacer dentro de la sala. Por ejemplo:




Una vez, que los niños hayan terminado de pintar, la docente pegará un afiche dividido en dos partes; una de ellas tendrá una cara feliz J y la otra una cara tristeL, y les propondrá que pasen de a uno a pegar su dibujo en el lado correspondiente. Este afiche terminado será utilizado durante todo el ciclo lectivo, para tener en cuenta que cosas deben hacer y no hacer, dentro de la sala.




Objetivos:

  • Usar tablas y cuadros comparativos sencillos.

  • Obtener información a partir de imágenes y fotografías.

  • Permitir, posibilitar y regular el intercambio entre diferentes actores que comparten una actividad.

  • Favorecer el proceso de socialización a través del respeto y trabajo de los diferentes valores.


Actividad para la tercera sección:


Recorte: Reglamento del uso de la biblioteca

Para desarrollar esta actividad, en primer lugar, se usará como disparador un Power Point con tres pares de imágenes (se encuentra en el cd anexo). El mismo, será presentado a los niños al comienzo de la clase. En esta presentación podremos ver las dos primeras imágenes, en la cual hay  dos niños sentados leyendo un libro, y por el contrario un niño rompiendo un libro. El segundo par de imágenes representará la regla de no comer ni beber en la biblioteca, y por último, la regla de no gritar.
Durante el desarrollo de la presentación de Power Point, la docente les preguntará a los niños, cual de las dos imágenes creen que es correcta, y cuando se pongan de acuerdo, pasará a la siguiente.

Una vez finalizada esta primer parte de la actividad, la maestra les propondrá a los niños realizar una serie de reglas para que todas las salitas del jardín apliquen en la biblioteca.
Para esto, la maestra utilizará un afiche, en donde pondrá las reglas que los niños le dicten, realizando las intervenciones necesarias, a través de preguntas y/o comentarios acerca del tema.

El resultado será el siguiente:




Objetivos:

  • Aproximación a las normas que regulan y organizan el funcionamiento de las instituciones.

  • Propiciar la participación en la organización y funcionamiento de la biblioteca.

  • Incentivar a la comprensión de instrucciones.

  • Producir códigos para trabajar en diferentes situaciones.

  • Familiarizarse con normas de conducta.

1 comentario:

  1. muy interesante la secuencia de las actividades me sirvio mucho los objetivos para adaptarlos a mi preescolar. Gracias

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